Antes de la crisis económica no era tan habitual que los inquilinos dejasen de pagar el alquiler, sin embargo, con la situación económica general más delicada y la subida significativa del precio de los alquileres, este panorama ya no es tan aislado. Así que, si te encuentras en el escenario de que tu inquilino lleva varios meses sin pagarte, presta atención porque a continuación, te daremos las claves para saber cómo actuar en este caso.

Saber qué ocurre

Si nuestro inquilino no ha realizado el pago de la mensualidad del alquiler, lo primero que tendríamos que hacer es saber cuál ha sido el motivo para que esto haya ocurrido. Es importante saber, que desde que se produzca el primer mes de impago, el propietario del inmueble puede demandar sin tener la necesidad de que se acumulen más mensualidades impagadas.

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Pero como comentábamos antes, lo más recomendable siempre es intentar comunicarnos con nuestro inquilino. Para ello, es importante llegar a un acuerdo en el que se demuestre que nos hemos puesto en contacto con el inquilino previamente.

¿Qué herramientas podemos utilizar para notificarle al inquilino?

Podemos utilizar diferentes medios para comunicarle al inquilino el aviso para que realice el pago:

• Burofax: en esta opción se le envía la notificación al domicilio con el recibo y la certificación correspondiente.

• Telegrama: esta también es enviada al domicilio de la vivienda alquilada junto con el acuse de recibo.

• Vía notarial: aquí se debe incluir la información con respecto a la cantidad impagada, así como también un plazo en el que se deberá abonar la misma. En caso de no recibir ningún pago dentro del plazo estipulado, podrás llevar a cabo una demanda legal.

Si además de lo explicado en el párrafo anterior, no se puede llegar a ningún tipo de acuerdo amistoso, el propietario podrá iniciar el procedimiento judicial de reclamación. Este procedimiento se conoce como ‘Desahucio por falta de pago’.

¿Qué es el desahucio por falta de pago?

Cuando un inquilino deja de pagar el alquiler y el propietario de la vivienda decide (tras previa solicitud del pago) demandar al ocupante. En este procedimiento las peticiones son muy claras: se exige que se pague la deuda, y que, de no hacerlo, se pueda ejecutar su desahucio.

Una vez presentada la demanda, el juzgado notificará al arrendatario en el domicilio de la vivienda alquilada, al no pagar al mismo. En todo momento, el inquilino puede abonar la deuda inicial y las mensualidades acumuladas antes de que se produzca la vista del juicio.

Si el inquilino ha rectificado a tiempo y ha procedido a pagar la deuda, se paralizaría la orden de desahucio. A no ser que, el arrendatario anteriormente también se hubiera visto implicado en un desahucio o cuando desde que se le comunicara la solicitud del pago y desde la interposición de la demanda pasase más de un mes sin que el inquilino intentase pagar la deuda en ese plazo.

Lo más habitual en estos casos es que se produzca un desahucio forzoso si el inquilino no ha decidido abandonar la vivienda voluntariamente.

Por último, de no abonar la deuda, se procederá al estudio patrimonial del inquilino, con el fin de proceder al embargo de las cantidades necesarias para cubrir la deuda.

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